Zurdes, piqueteres y mostris: gritamos 30.400 Presentes!: Con su ejemplo seguimos luchando por un mundo socialista y transfeminista!

Cada 24 de marzo nos emociona. A 49 años del golpe seguimos como pueblo trabajador levantando las banderas de la lucha de les 30.400. Los que hoy mandan son una continuidad directa de quienes hicieron el golpe y vuelven a intentar estigmatizar a quienes luchan, a quienes no se someten, a quienes no se arrodillan ante los más poderosos. Nuestra derrota en 1976 fue posible porque, entre otras cosas, una estigmatización similar fue efectiva y permitió la división popular y el aislamiento de los mejores activistas revolucionarios, centrales en el proyecto de construir una sociedad basada en el poder de la clase trabajadora.

Pagamos muy caro aquella derrota, con la pérdida de nuestres 30.400, con la imposición de un capitalismo en formato neoliberal que agravó el sistema injusto contra el cual se peleaba, que se caracterizó por mayor dependencia y deuda externa, más explotación, más mercantilización de la vida, más destrucción de la naturaleza.

Pero nunca perdimos la esperanza en que lo podíamos revertir, retomando las luchas y la organización popular. Por eso, fue tan importante la lucha por los derechos humanos y la grandiosa conmemoración de los 20 años del Golpe de estado allá por el año 1996 que generó un salto en masividad y permitió que esa lucha fuera apropiada por la mayoría del pueblo trabajador. En esa oportunidad la lucha y organización enlazó a las Madres y Abuelas con los HIJOS, y allí nació el nacimiento del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. Un proceso que se gestaba al calor de las renovadas luchas populares contra la desocupación, contra las consecuencias de un plan económico a medida de los sectores dominantes.

En este sentido, la división del EMVJ de 2006 fue sumamente problemática. Algunos organismos más ligados al gobierno kirchnerista buscaron apropiarse de esa lucha y copar el acto del 24 de marzo. Rompiendo acuerdos buscaron asimilar una lucha histórica con una sola expresión política, una lucha que trasciende a fuerzas políticas particulares, que no puede ser propiedad exclusiva de una referencia política. La unidad en la base popular quedó así resentida y la lucha por los derechos humanos presentó entonces un flanco débil para que la golpeara la reacción. En aquel momento fue una necesidad y una obligación prioritaria para lo mejor del campo popular, defender un espacio de DDHH con independencia del Estado y los gobiernos de turno. Allí se reconstituyó un renovado Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, aún perdiendo en su composición a la mayoría de los organismos de DDHH históricos del país.

Esta división en la base popular y la apropiación particular de aquellos ligados al gobierno, es la que aprovechó el macrismo para intentar instalar la idea del “curro de los DDHH”. Y por donde ahora, en un salto mucho más grave, el gobierno actual, que combina negacionistas con apologistas, vuelve a intentar estigmatizar a quienes luchamos, desde el peronismo hasta la izquierda.

Vivimos hoy un nuevo y bestial intento de la burguesía más reaccionaria para volver la historia atrás, para arrebatar las conquistas populares de todo un siglo. Lo dicen explícitamente: quieren volver a la Argentina de 1880, la de los genocidios del General Roca, en donde los sectores populares no teníamos ningún derecho. Quieren volver a, a un país que exportaba arrasando a los territorios, a los pueblos y a les trabajadores. 

Hoy hay que resistir este embate, ya, sin dilaciones. Sin bajar ninguna bandera. Hay que reconstruir la unidad en la acción en base a la reivindicación de la lucha de les 30.400 y el repudio al genocidio. Por eso saludamos que buena parte del movimiento de derechos humanos plante esta bandera este 24 de marzo. Por supuesto, ésto se dice más fácil de lo que se hace. En el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia muchas organizaciones venimos trabajando por reconstruir esos pisos de unidad. Ante el brutal ataque reaccionario del gobierno y ante la mayor disposición a la unidad de algunos sectores que formaron o forman parte de lo que era el “oficialismo” más o menos institucionalizado en DDHH, nuestros esfuerzos dieron mayores frutos este año. Es así que en la marcha hacia Plaza de Mayo confluirán todos los sectores y finalmente allí una mayoría de organizaciones del EMVJ leeremos consignas en repudio al genocidio, al golpe empresarial, eclesial, militar y una reivindicación de les 30.400 en un acto en común con los organismos históricos de DDHH del otro sector. 

Apostamos así a dar un paso en la batalla cultural en torno a cuál es la sociedad a la que aspiramos como pueblo trabajador. No sólo como militantes, sino como mayoría popular que vuelve a emerger con deseos de cambio a fondo en las masivas luchas por la universidad pública, por la salud, por la cultura popular, por jubilaciones dignas, y contra el patriarcado, el racismo y el extractivismo. Esas luchas desde abajo qué alumbran la democracia real, participativa y popular que supera los límites de la democracia de representantes que tenemos.

¿Está la fuerza para ganar esta batalla? Creemos que sí, que la fuerza para frenar una vuelta a lo más oscuro de la humanidad está en lo mejor de nuestra historia, en la memoria viva de esta historia y en lo mejor de nuestra clase trabajadora. Afirmamos también que a esa fuerza subterránea podemos hacerla emerger con acciones masivas como la de este 24, en unidad, desde abajo.

El Socialismo es la esperanza!

Adelante! Con todas las fuerzas de la historia!

30.400 Presentes!

Con su ejemplo seguimos luchando por un mundo socialista y transfeminista!