Bolsón: tragedia ambiental y persecución mapuche pero también organización colectiva y radios comunitarias

En la Comarca Andina los incendios forestales han sido una constante durante años. Sin embargo, en los últimos tiempos, los incendios de interfase, aquellos que afectan directamente a las viviendas, se han vuelto cada vez más frecuentes. Aby, trabajadora de la radio comunitaria FM Alas, nos cuenta cómo la comunidad ha tenido que organizarse y resistir frente a estos desastres naturales, que no solo son producto de la sequía y el cambio climático, sino también de intereses que apuntan a transformar el territorio y expulsar a los pueblos originarios.  Por Tierra para vivir – Marabunta

La organización comunitaria para enfrentar los incendios en la comarca es el resultado de años de experiencia. “La Comarca viene con el tema de incendios desde hace bastante tiempo, pero en los últimos años se han intensificado los incendios de interfase, aquellos que involucran casas. En 2021, un gran incendio en Golondrinas, Chubut, quemó alrededor de 500 casas y fue uno de los puntos de inflexión para que la comunidad se organizara”, explica Aby al comienzo de la charla con un compañero, y que podés recordar en esta nota de MU, o en esta nota de ANRED.

La organización vecinal ha sido clave en la respuesta ante las emergencias. En algunos barrios, la comunidad se organiza de manera informal, estableciendo espacios vecinales de debate donde se discuten temas como el equipamiento necesario, la limpieza de terrenos y tendidos eléctricos, así como el mapeo de fuentes de agua. A pesar de las dificultades, los vecinos han logrado articularse mediante brigadas, redes de WhatsApp y otras formas de autogestión, tal como también hizo énfasis esta nota de Tierra Roja, o esta otra de Pulso Noticias.

Uno de los principales problemas a los que se enfrentan es la falta de agua. “En mi zona, durante el verano, el agua se corta 12 horas al día. Esto hace que sea esencial contar con reservorios de agua, especialmente en un contexto donde muchas viviendas se encuentran en zonas rurales, donde la presión del agua no es suficiente”, comenta Aby. Además, la sequía prolongada en la región empeora las condiciones para contener el fuego, que se propaga rápidamente debido a los fuertes vientos. 

Aby subraya la importancia de las brigadas vecinales y la colaboración con los bomberos y el SPLIF (Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales), aunque reconoce que, hasta este verano, la cooperación entre instituciones y la comunidad ha sido limitada. “Este es el primer año en que realmente vimos un cambio en las instituciones, que empezaron a convocar a los vecinos a colaborar”, señala.

Un punto de conflicto recurrente es la burocracia entre las diferentes entidades encargadas de controlar el fuego. Bomberos se encargan de la interfase, es decir, de las viviendas, mientras que el SPLIF maneja los incendios forestales. “Hay ocasiones en las que un incendio está en una zona que depende de una jurisdicción, y no se puede actuar porque es competencia del otro servicio”, lamenta Aby.

El problema del pino y de la energía eléctrica

Uno de los factores que agrava la situación es la presencia de los monocultivos de pino, una planta no nativa que ha proliferado en la Patagonia durante décadas. Aby explica que el pino es extremadamente inflamable, y su resina y piñas funcionan como “una caja de fósforos”. Este tipo de plantación no solo aumenta la vulnerabilidad de la región ante los incendios, sino que también genera una serie de problemas ecológicos.

“El pino es un gran problema porque no es una especie autóctona, y su rápido crecimiento acidifica el suelo, impide que crezcan plantas nativas y consume mucha más agua que los árboles nativos. Además, los monocultivos de pino favorecen la propagación del fuego”, detalla Aby. Según la trabajadora de prensa, la proliferación de estos árboles en la región se debe a una política de hace algunas décadas, cuando el Estado fomentó la plantación de pinos en tierras fiscales para la industria maderera.

La comunidad ha estado luchando contra estos monocultivos, con campañas que exigen la erradicación del pino en la Patagonia. “Es fundamental plantar especies nativas, que tienen un rol muy importante en el ecosistema. Las plantas nativas son mucho menos inflamables que el pino, lo que podría ayudar a reducir la velocidad con la que avanza el fuego”, explica. La regeneración de los bosques nativos, sin embargo, llevará muchos años, dado que los árboles nativos crecen mucho más lentamente.

Además, el pino contribuye a la erosión del suelo. Tras un incendio, los árboles muertos pierden sus raíces y el suelo queda expuesto, lo que puede llevar a deslizamientos y otros daños ecológicos. “El suelo, las raíces y la fauna que habita el bosque son fundamentales para mantener el equilibrio del ecosistema. Cada hectárea de bosque nativo que se pierde es una cadena de pérdidas para el entorno”, lamenta Aby.

Por otro lado, un tema que no se habla mucho es el de un precario tendido eléctrico. “Algo que generó muchísimos focos es el tendido eléctrico. Está en un muy mal estado. Las empresas de luz no se están haciendo cargo del mantenimiento y son muchos los focos que se tuvieron que apagar por cuestiones eléctricas, se quemaron casas en estos días por cuestiones eléctricas.Picos de tensión y de repente chispazos y se prenden. Entiendo que no estemos pudiendo, pero tenemos que empezar también a responsabilizar a las empresas por esa desidia”.

La persecución a las comunidades mapuches y los allanamientos

En paralelo a la lucha contra los incendios y los monocultivos, las comunidades mapuches de la región también enfrentan una feroz persecución, que se ha intensificado en los últimos años. La presencia de pueblos originarios en la Patagonia ha sido históricamente vista con desconfianza por sectores del poder económico y político, que buscan controlar el territorio.

Un ejemplo claro de esta persecución es el allanamiento a la radio comunitaria Petu Mogeleiñ, en Maitén, donde activistas y comunidades mapuches han estado organizándose y denunciando abusos. “El allanamiento a la radio fue una acción represiva que no solo afecta a los medios comunitarios, sino que también busca silenciar a las voces de quienes luchan por la tierra y la justicia social”, explica Aby. Estos medios comunitarios, como FM Alas y La Negra, han jugado un rol clave en visibilizar las luchas de las comunidades mapuches y en denunciar los abusos a los derechos humanos.

La criminalización de los pueblos originarios se intensifica a través de leyes y políticas que, bajo el pretexto de la seguridad pública, persiguen a quienes defienden el territorio ancestral mapuche. Las denuncias sobre hostigamientos, amenazas y detenciones arbitrarias a miembros de las comunidades son cada vez más frecuentes, y muchos activistas denuncian que hay una estrategia para despojar a las comunidades de sus tierras, utilizando los incendios como excusa para avanzar con proyectos inmobiliarios en áreas protegidas.

Este contexto de persecución se ve reflejado en las tensiones entre las comunidades mapuches y los terratenientes, muchos de los cuales tienen vínculos con grandes empresarios como el magnate inglés Joe Lewis, cuyo grupo de empresas controla vastas extensiones de tierras en la región. Estas tensiones también han sido alimentadas por la violencia y la represión, que se manifiesta en operativos policiales y de las patotas contra las comunidades, y la creciente militarización de los territorios mapuches.

Las patotas se han visto reiteradamente e incluso son conocidas en la ciudad. En los videos que circularon del día en la comisaría 12 del Bolsón cuando el gobierno detuvo a 3 brigadistas y particularmente uno de ellos fue apoyado por la comunidad, apareció una persona a caballo con el rebenque amenazando vecinos: es uno de los matones pagos de Lewis y del intendente Pogliano, como señala esta nota de Canal Abierto. “Son los mismos que se dedican a amedrentar durante las caminatas al Lado Escondido”, reconoció Aby.  Se trata de Bruno Pogliano, intendente del Bolsón, quien antes fue contador del propio Lewis y ya organizó loteos previamente. Podés recordarlo en esta nota de MU pero por ahora poco mencionado en los medios y protegido por el cerco mediático.

Los medios comunitarios: un refugio de información y solidaridad

En medio de esta crisis, los medios comunitarios han jugado un papel fundamental en la organización y el acompañamiento de la comunidad. “FM Alas ha estado cubriendo los incendios casi las 24 horas del día. La radio se convierte en un punto de conexión entre los vecinos, donde se comparte información, se coordinan ayudas y se da espacio a quienes necesitan hablar sobre lo que sienten”, comenta Aby.

La radio comunitaria no solo informa sobre los avances en la lucha contra el fuego, sino que también ofrece un espacio de acompañamiento emocional. “Estamos lanzando una campaña de un abrazo poético, para que quienes lo necesiten puedan compartir sus escritos y sentimientos al aire, como una forma de procesar lo que estamos viviendo”, agrega Aby. La radio se ha convertido, así, en un refugio tanto informativo como emocional para la comunidad, especialmente en momentos tan difíciles.

Las radios comunitarias de la región, como FM Alas, La Negra y La Fogón, están organizadas en la red Enfoques, que conecta a distintas emisoras patagónicas. Además de su labor informativa, estas radios están involucradas en la denuncia de las violaciones a los derechos humanos, como los allanamientos a medios comunitarios, como el de la radio Petu Mogeleiñ, en Maitén.

Una comunidad en pie de lucha

En un momento de la charla Aby nos describe de punta a punta la organización asamblearia o por whatsap, según el momento, pero también cómo comienza la acción cuanto todo parece jodido: “está la gente que va a primera línea y va a pagar fuego, están quienes va apagando y enfriando el piso por los focos secundarios, están les que arman las viandas para que esa gente coma. Están las que se encargan de la logística para hacer llegar esa comida, los que juntan donaciones, están los que se quedan con las infancias: hay espacios de niñeces para no solamente la gente evacuada, sino para los hijos de los brigadistas voluntarios. Está la radio, la parte de comunicación, tambien la parte de contención, realmente son como muchos frentes donde todo el mundo algo hace”.

La resistencia frente a los incendios, los intereses inmobiliarios y la negligencia empresarial es solo una parte de la historia que vive la Comarca Andina. A pesar de las dificultades y las tensiones, la comunidad sigue organizándose, resistiendo y cuidando su territorio con un sentido de solidaridad y autonomía. “Nos preocupa mucho cómo procesamos las diferencias, pero en momentos de urgencia, nos dejamos de lado las disputas para enfocarnos en lo esencial: apagar el fuego y proteger nuestras casas”, concluye Aby.

En el corazón de la Patagonia, la lucha por el bosque, por el agua, por la tierra y por los derechos de los pueblos originarios continúa. Y aunque los incendios persisten, la comunidad sigue demostrando su fortaleza y su capacidad para organizarse, en un ejercicio constante de autogestión, resistencia y lucha por la justicia. Por eso repetimos que “TODO FUEGO ES POLITICO”.

Tierra para vivir – Marabunta

Podés leer y comentar la transcripción completa de la entrevista con Aby en este enlace.

Te recomendamos leer la nota que lanzamos desde Tierra Para Vivir. Acá podés entrar a la nota editorial: “La ecología sin política es mera jardinería”