
En el marco del Encuentro anual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE), Emilio Pérsico, funcionario del Ministerio de Desarrollo Social de Nación y dirigente del Movimiento Evita, se despachó con violentas afirmaciones sobre el lugar de las mujeres en la dura realidad social que enfrentan los sectores populares. Afirmaciones que merecen el mayor de los repudios y que no debieran pasarse por alto viniendo de un funcionario con tamañas responsabilidades en la cartera a cargo de la asistencia social hacia los sectores más golpeados de la clase trabajadora, más aún siendo éste dirigente de un movimiento social con desarrollo nacional. No consideramos que se trate de un “polémico análisis” sobre la situación social del país sino más bien de dichos misóginos que promueven y reproducen las lógicas patriarcales que debemos combatir en todas sus expresiones. Pero además el dirigente estigmatiza a los sectores populares asociando pobreza con delito, una asociación que genera no sólo daños simbólicos por la discriminación de clase que lleva implícita sino a la vez daños materiales bien concretos al fomentar la persecución del delito en la clase trabajadora.
Repasemos en qué consistieron sus dichos hacia los dirigentes empresariales: “En general la que tiene las tarjetas de ayuda social en los barrios es la mujer. Eso destruyó, hizo que la mayoría de las familias sean matriarcales. La que conduce es la mujer, el chabón ‘piró’ y la única manera que tiene para volver a su casa a ver a su mujer es agarrar a cinco giles y llevarse cinco celulares a 5 mil pesos cada celular. O vender droga y caer en las enfermedades sociales”.
En primer lugar, efectivamente somos las mujeres e identidades feminizadas quienes más recibimos subsidios de asistencia social. Esto se da por dos razones fundamentales, por un lado, se trata de la población con menores ingresos, peores condiciones de acceso a fuentes de trabajo estables y trabajos más precarios. A esto lo caracterizamos como los procesos de feminización de la pobreza que se han venido incrementando en los últimos años. Por otro lado, somos las mujeres y disidencias quienes aportamos la mayor parte de los ingresos del hogar, procurando garantizar la olla y las tareas de cuidado que sistemáticamente recaen sobre nosotres, lo que vuelve más difícil aún lograr acceder a fuentes de trabajo remunerado. A esto nos referimos cuando denunciamos que “eso que llaman amor es trabajo no pago” y que como sociedad no podemos ocultar más el hecho de que las tareas de cuidado no remuneradas son una garantía clave de la reproducción del capitalismo que descansa en ello para garantizarse el trabajo gratuito de la reproducción social. Sin ese trabajo “doméstico” no remunerado no hay reproducción de la fuerza de trabajo.
Pero además, las afirmaciones del funcionario reproducen la lógica del “macho proveedor” que pareciera deber realizar cualquier acción, al punto de verse “obligado” a incurrir en el delito, con tal de garantizar los ingresos necesarios para la subsistencia y/o el sostén familiar, dada la supuesta apropiación indebida por parte de las mujeres de la asistencia social del Estado. Pues bien, no hemos visto a Pérsico indignado ante la innegable realidad que afrontamos las mujeres y disidencias que nos quedamos a cargo de las ya mencionadas tareas de cuidado y del sostén económico familiar, sin opción, cuando los varones se ausentan y se escudan en la falta de trabajo para no afrontar los gastos de la reproducción social. No vemos tampoco al Estado persiguiendo a esos “machos proveedores” cuando se desentienden de la manutención y las “cuotas alimentarias” mientras las identidades feminizadas y les propies pibis realizamos malabares para no morir en la indigencia, recibiendo de por sí salarios por debajo de la línea de pobreza como sucede con el principal ingreso con el que contamos al quedar desocupades: el Potenciar Trabajo que administra el propio Pérsico, de tan sólo $12.600 mensuales.
Quizás Pérsico prefiera desconocerlo, pero la mayoría de las mujeres y disidencias no realizamos los trámites para la manutención, porque son muy burocráticos, salen mucha plata y sobre todo consumen un caudal de tiempo que no tenemos… en horario matutino que además se choca generalmente con el horario escolar. Esto genera que la mayoría de los hombres no tengan que aportar un peso a la supervivencia de sus hijes. Quizás también prefiera desconocer lo que es hacer el trámite en Anses para que la AUH este a nombre de la mujer, o los meses que tardan en volver a activar un pago si el varón de la casa (esté en ella o no) consigue un trabajo temporario en blanco y cobra el salario, aunque se lo quede el mismo! Pérsico: los padres abandonaban a sus hijes antes de que exista la Tarjeta Alimentar!!
¿Será que Pérsico no sabe además que en los barrios las peores crisis se han enfrentado con las olla de les vecines, sostenidas en su gran mayoría por mujeres e identidades feminizadas, que no se dejaron deprimir por la falta de trabajo remunerado ni amedrentar por las lógicas de la pobreza a las que intentan someternos los distintos gobiernos? A Pérsico le decimos: Si, nosotres cobramos los subsidios en alimentos porque pese a todas las violencias y las trabas, somos quienes sostenemos las familias y sobrevivimos al tejido social que ustedes rompen y corrompen con sus lógicas de miseria y misoginia. Nosotores no rompemos los tejidos, nosotres los reconstruimos a diario a fuerza de red, lucha y organización!
Por todo esto ubicamos los dichos de Pérsico en un plano central de denuncia y reiteramos un llamado que venimos realizando desde el movimiento feminista a complejizar y problematizar los roles histórica y estructuralmente asignados a las mujeres e identidades feminizadas en el capitalismo cisheteropatriarcal. ¿Es posible que Pérsico, el Movimiento Evita y el área en la cual él es funcionario en la cartera de Desarrollo Social desconozcan esta situación estructural? No sólo consideramos que ello es imposible sino que repudiamos las míseras disculpas vertidas con posterioridad que ni siquiera acertaron en el foco del problema dado que se disculpara por no habla con “lenguaje inclusivo”. Por todos los costados, la figura de Pérsico es repudiable.
Igual de grave resulta que haya asociado tan livianamente pobreza a delito, reforzando la tan promovida estigmatización que recae sobre los sectores populares de la clase trabajadora (empobrecidos por un sistema cada vez mas excluyente), que resultan ser siempre el foco de todos los problemas sociales que Pérsico elige denominar como “enfermedades”. Pues bien Pérsico, ni ser pobres nos convierte en delincuentes, ni la delincuencia es privativa de una clase social, ni el delito ni la pobreza son enfermedades sociales. Pero además, si estuvieras resuelto a “curar” esas enfermedades que mencionas, tenemos algunas ideas para acercarte. Para empezar, casi 1 millón de trabajadores del programa Potenciar Trabajo recibimos un salario escandaloso de $12.000. ¡Es decir que representa la mitad de la canasta de indigencia! ¿Se te ocurrió aumentar esos salarios de indigencia? Por otro lado, no está de más mencionar que este Programa representa un sistema de precarización laboral impulsado por el Gobierno Nacional, que incluye a compañeres de los barrios que lejos de reproducir esas “enfermedades sociales” que te preocupan, realizamos infinidad e importantísimas tareas en comedores populares, merenderos, centros de atención a las infancias y las juventudes, espacios formativos y educativos para adultes, proyectos productivos, limpieza de espacios públicos y comunitarios, dispositivos contra las violencias hacia las mujeres y disidencias, entre otras actividades. Bien vendría reconocer cómo esas tareas reconstruyen y sostienen a diario un tejido social fragmentado más bien por años de gobiernos reproductores de miseria y de violencias hacia las mujeres y disidencias. Por eso hace décadas que levantamos las banderas de Trabajo, Dignidad y Cambio Social, porque a la par que descreemos de este sistema como proveedor de soluciones a los problemas que el mismo genera, reivindicamos la dignidad anhelada en nuestro propio trabajo que procura contener las infinitas problemáticas que encuentran las realidades que debemos afrontar.
¿Entonces cuál es el tejido social que Pérsico piensa que tenemos que sostener? El del capitalismo cisheteropatriarcal que discrimina, violenta, mata y se asienta en el empobrecimiento de miles a costa del enriquecimiento de unos pocos? Por el contrario, para nosotres es necesario romper con esta sociedad patriarcal y capitalista que produce y reproduce desigualdad. ¡Y por eso denunciamos cada una de las lógicas que lo fomentan!
MARABUNTA, Corriente Social y Política. Julio de 2021